Hace una década tuvo lugar el mortal accidente del crucero Costa Concordia tras chocar con una roca en la isla del Giglio.
Murieron 32 personas y 64 resultaron heridas. Francesco Schettino, capitán de la embarcación, abandonó el barco antes del hundimiento y continúa cumpliendo condena en una cárcel de Italia.
El Concordia entró al servicio de Costa Cruceros el 7 de julio de 2006, siendo el barco más grande construido en Italia hasta ese momento, y costó 450 millones de euros. Con sus 114 500 toneladas, es el naufragio de mayor tonelaje de la Historia y los analistas del sector estiman que se trata de un siniestro total.
Existen muchas incógnitas acerca de lo que pasó aquella noche de enero.
Según cuentan, el impacto contra las rocas no fue avisado a capitanía. Sin embargo, el capitán de Costa Concordia, fue detenido y acusado de homicidio culposo múltiple, naufragio y abandono del barco mientras había pasajeros sin ser evacuados.
Para expertos marítimos, el crucero navegaba fuera de ruta ya que normalmente los buques pasan a 2 o 3 millas (entre 2,7 y 5,5 kilómetros) de la costa de la isla.
El capitán defendió, sin embargo, que el crucero navegaba a lo largo de la costa por la ruta turística consentida, cuando la nave se topó "con una roca no señalada en la carta náutica", dijo a Protección Civil.
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